David Sacket

“La autoridad de los años y de la supuesta experiencia será sustituida por la autoridad basada en los ensayos clínicos”


David Sackett

domingo, 17 de febrero de 2013

Luxacion no reciente de la TPA en paciente joven


 Masculino de 37 años de edad
Originario y residente del DF
Unión libre
Católico
Comerciante
AHF. Interrogados y negados
APNP. Habita en casa rentada con todos los servicios básicos de urbanización, hábitos higienico-dieteticos regulares en cantidad y calidad. Grupo sanguíneo desconoce, inmunizaciones completas.
Tabaquismo (+) desde hace 20 años a razón de 3-5 cigarrillos al día. Otras toxicomanías negadas.
APP. Sin importancia para su padecimiento actual.
PA.
Inicia el 26 de noviembre del 2012 al sufrir caída de escaleras aparentemente con mecanismo de supinación forzada de tobillo izquierdo, lo cual condiciona dolor, deformidad y limitación funcional para la bipedestación y la marcha. Por lo cual acude a unidad hospitalaria donde refiere paciente que lo manipulan y colocan férula.Posteriormente es referido de su centro de salud a nuestra unidad para su valoración correspondiente en consulta externa de ortopedia.
 


EF dirigida:
Extremidades pélvicas asimétricas a expensas de la izquierda, la cual presenta deformidad en tobillo, arcos de movilidad limitados, dolor moderado que limita la bipedestación y la marcha. Deambula con ayuda de muletas. Sin evidencia de compromiso neurovascular distal, llenado capilar inmediato.
rxs: Con datos de fx no reciente del maleolo medial con desplazamiento posterior y perdida de la congruencia articular a nivel de la tibioperonea-astragalina.

Dxs: fx no reciente de maleolo medial con subluxacion astragalina.








Consideraciones:
1.- Consideraciones pertinentes al diagnostico y sus complicaciones asociadas.
2.- tratamiento quirurgico de elecciòn en el caso de las luxaciones de la TPA
3.- Complicaciones asociadas al tratamiento; secuelas a mediano y largo plazo.    

4 comentarios:

  1. Huerta R1TyO
    Clasificación de las fracturas de tobillo
    Sous Sánchez, J.O.; Navarro Navarro, R.; Navarro García, R.; Brito Ojeda, E.;Ruiz Caballero, J.A.
    CANARIAS MÉDICA Y QUIRÚRGICA Mayo – Agosto 2011 • 49
    Las fracturas de tobillo han sido clasificadas a lo largo de la historia de múltiples formas, según el número de maléolos afectados, según sean estables o inestables, según se produzcan por mecanismo directo o indirecto, etc. Las fracturas por mecanismo directo son especiales y no se pueden enmarcar en ninguna clasificación. El cambio de criterio de tratamiento conservador a tratamiento quirúrgico cambió los criterios de clasificación, considerando el estado de la sindésmosis, fundamental para mantener la pinza maleolar, como el elemento principal a considerar. La Clasificación de POTT aunque el término es algo arcaico, tiene el mérito de su simplicidad y una cierta relevancia en la toma de decisiones acerca del tratamiento. Diferencia tres grados dependiendo de numero de maléolos afectados. La Clasificación de Ashurst y Bromer distinguían tres grupos: a) Fracturas por rotación externa. b) Fracturas por abducción. c)Fracturas por adducción. Dentro de cada uno de estos grupos diferenciaban tres grados: a) Primer grado: fractura de un solo maléolo. b) Segundo grado: fractura de los dos maléolos o de un maléolo y el ligamento opuesto. c) Tercer grado: fractura de los dos maléolos o de un maléolo y el ligamento opuesto, más una fractura del tercer maléolo. La clasificación de LaugeHansen (1950) procura asociar patrones específicos de la fractura al mecanismo de lesión. Este es un sistema en dos partes en la que la primera palabra denota la posición del pie en el momento de la lesión y la segunda indica la dirección de la fuerza deformante. Esta clasificación divide los mecanismos lesionales de la articulación del tobillo en cuatro categorías principales: supinación-adducción, supinación-eversión (supinaciónrotación externa), pronación-eversión (pronación-rotación externa) y pronación-abducción. Además, la severidad de la lesión se clasifica como estadío 1, 2, 3 o 4 dependiendo de su configuración particular. Weber, en 1965, rescata la clasificación de Danis (1949) y la actualiza con un criterio anatómico-radiológico, dependiendo de la altura de la fractura del peroné. En 1987, Müller, Nazarian y Kock publicaron una nueva clasificación general de las fracturas (grupo AO) de tipo alfanumérico. Es una modificación de la clasificación de Weber en la cual los tipos A, B C se subdividen en base a la presencia de lesión medial o posterior.

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  2. Campos R1
    O. Laffenêtre,R. Mariey, P. Golano, D. Chauveaux. Fracturas y luxaciones del astrágalo. 2012 Elsevier Masson SAS

    Las radiografías simples son la exploración de primeraelección. Permiten despejar el panorama antes de hacerun diagnóstico definitivo mediante tomografía computa-rizada (TC).Se efectúan al menos una incidencia anteroposteriorde tobillo con 15◦de rotación medial de la cadera (paraseparar el ángulo superolateral de la cúpula astragalina) yuna incidencia lateral exacta con inclusión del mediopiéy el retropié. En caso de duda o ante la falta de TC, se lascompleta con otras radiografías:•una placa en incidencia dorsoplantar en flexión plantarde tobillo para desplegar el cuello del astrágalo;• incidencias oblicuas del retropié o lateral con rotaciónexterna para explorar el seno del tarso;•una incidencia lateral con rotación interna para evaluarla congruencia subastragalina posterior;• una incidencia anteroposterior con rotación medial delpie a 30◦y flexión plantar a 20◦para las fracturas delproceso lateral (incidencia de Broden);• una incidencia de Canale con el pie en pronación a 15◦y el tubo de rayos X inclinado a 45◦caudalmente paraexplorar la desviación axial del cuello[37].Las radiografías simples son también indispensable enel seguimiento, sobre todo para evaluar la revasculariza-ción del astrágalo mediante el signo de Hawkins: una línearadiolúcida subcondral visible a partir de las 6-8 semanas.Demuestra la osteopenia reactiva en un astrágalo todavíavascularizado
    Algunas clasificaciones complejas pretenden ser com-pletas, pero en realidad se emplean poco.Otras son específicas de localizaciones anatómicas o detipo de fractura: con relación a las fracturas totales, la cla-sificación de Hawkinsreferida a ellas, retomala de Butel y Witvoët (1967), a su vez inspirada en lade Coltard (1952). Fue modificada en 1978 por Canaley Kelly, quienes le a˜nadieron un estadio. Sin embargo,sólo ata˜ne a las fracturas-separaciones totales.Tipo I: la fractura está muy poco o nada desplazada. Suidentificación radiográfica es difícil.Tipo II: la fractura-separación transversal se asocia a unaluxación subastragalina posterior. Algunas veces, cuandoel trazo cervical es muy anterior, la cabeza del astrágalopuede perder también sus relaciones con el calcáneo.Tipo III: la fractura-separación transversal se asocia auna luxación subastragalina y tibioastragalina: se tratade una enucleación del cuerpo del astrágalo. El riesgo denecrosis y de artrosis secundaria es elevado.Canale y Kelly a˜nadieron un tipo IV: la fractura-separación transversal se asocia a una luxación subastra-galina, tibioastragalina y astragaloescafoidea

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  3. La luxación de tobillo sin fractura es una lesión infrecuente que aparece en traumatismos de alta energía encontrando menos de 105 casos publicados en la literatura.
    Pueden clasificarse según el desplazamiento del astrágalo respecto a la mortaja tibioperonea y también pueden dividirse en abiertas o cerradas, clasificación que resulta especialmente interesante a la hora de orientar el tratamiento y dar un pronóstico de la lesión.

    El tratamiento se inicia con la reducción que debe hacerse bajo anestesia general o local con la rodilla flexionada para poder relajar el tríceps sural. Se realiza tracción longitudinal y manipulación en supinación o pronación de retropié para corregir la desviación lateral y se inmoviliza el tobillo con una férula posterior suropédica.
    El tratamiento estará condicionado en función de que se trate de una luxación cerrada o abierta. En el primer supuesto la inmovilización del tobillo debe mantenerse durante 6 semanas, a partir de la cual podemos iniciar una movilidad activa en flexo-extensión controlada.

    Este articulo es la presentacion de un caso de un paciente varón de 32 años con luxación cerrada de tobillo. En urgencias se realizó reducción bajo anestesia local y se inmovilizó con férula suropédica. A la semana se aplicó botín de yeso que retiramos a la 5ª semana para iniciar movilizaciones activas. La carga se autorizó a la 6ª semana y a los 2 meses la movilidad y la carga eran completas, pudiendo realizar a los 3.5 meses actividades de esfuerzo. Las luxaciones cerradas pueden ser tratadas ortopédicamente con una inmovilización de 5-6 semanas. La carga puede iniciarse progresivamente a partir de la sexta semana. Estas luxaciones tienen buen pronóstico funcional y una baja tasa de complicaciones.

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  4. Anaya r2

    Sesma, “Luxación tibio astragalina posteromedial sin fractura de maleolos: A propósito de un caso”, Rev Esp Cir Osteoart 1994; 29: 111-113

    La luxación tibioastragalina sin fractura de maleolos asociada es una lesión rara. Wilson y cols.
    , en 1939, revisaron 16 casos de la literatura mundial y aportaron dos nuevos pacientes. Desde entonces sólo se han publicado pequeñas series y casos aislados. La forma más habitual de presentación es la posteromedial. Las mediales, laterales, posteriores, y rotatorias son menos frecuentes.

    Fernandes , en cadáveres, consigue luxar posteromedialmente la articulación tibioastragalina aplicando flexión plantar máxima seguida de inversión forzada del pie. La estabilidad intrínseca del
    astrágalo dentro de la mortaja tibioperonea se pierde con la flexión plantar forzada (12), de tal manera, que la fuerza ejercida por el peso del cuerpo y la posición del pié en el momento del traumatismo, determinarían la dirección final del desplazamiento . En el caso que se presenta, el desgarro de la cápsula anterior y ligamentos laterales, ocasionados por flexión plantar y carga axial del peso corporal, asociadas a un componente de inversión, condicionarían la luxación posteromedial pura.

    Este tipo de lesiones son típicas de varones jóvenes y ocurren habitualmente en la práctica deportivas y accidentes de tráfico. Colville y cols. encuentran como factor predisponente un cierto grado de laxitud ligamentosa generalizada en seis de sus ocho pacientes revisados, opinión que no es compartida por otros autores.


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